jueves, 31 de julio de 2008

¿Para dónde va la economía colombiana?

La crisis siempre será sicológica para el que tiene carro oficial, casa propia sin hipoteca y sueldo para toda la vida como el ministro de Hacienda de Uribe o el gerente del Banco de la República



Por Nelson Fajardo





La crisis siempre será sicológica para el que tiene carro oficial, casa propia sin hipoteca y sueldo para toda la vida como el ministro de Hacienda de Uribe o el gerente del Banco de la República Los economistas ligados al Establecimiento vienen elevando su preocupación por el futuro inmediato de la economía colombiana. En un reciente foro de la revista Dinero los economistas del sistema, consideraron seis altos riesgos frente a las proyecciones macroeconómicas, entre ellos una caída brusca de los precios del petróleo, lo que generaría la baja en la inversión extranjera y la revaluación del peso Los economistas ligados al Establecimiento vienen elevando su preocupación por el futuro inmediato de la economía colombiana. Y no es para menos, pues en el contexto mundial las cosas no aparecen tan halagüeñas como las podría presentar un representante del Gobierno, que nunca pierde y es bajamente autocrítico frente a los hechos tozudos de la realidad; pero igualmente, las cosas de la economía doméstica no vienen funcionando a la perfección, como lo sugieren algunos representantes del Estado de «corazón grande».


En esta dirección, los economistas del nuevo consenso sobre las proyecciones macroeconómicas del país, evento organizado por la revista Dinero, consideran la existencia de los siguientes riesgos:


1. Bajo crecimiento con alta inflación que colocaría en tela de juicio la política económica del actual Gobierno

2. Una fuerte caída de los precios del petróleo no anticipada por las autoridades que aumentaría el déficit en cuenta corriente y haría caer la inversión extranjera, cuestión que generaría una fuerte devaluación del peso

3. La derivación de la desaceleración económica estadounidense en una recesión

4. El crecimiento de la tasa de desempleo en Colombia, que hoy es la más alta de las siete principales economías de América Latina

5. Una espiral inflacionaria que conduciría a unos aumentos salariales por encima de dos dígitos, lo que multiplica la inercia inflacionaria6. El aumento de la pobreza urbana que requiere acciones de política pública significativas1.


Estos seis riesgos propuestos por los economistas del Establecimiento son muy significativos desde el análisis de coyuntura y su proyección a finales del 2009; cuestión que señala el dominio de una tendencia positivista e inmediatista del análisis que ha perdido toda capacidad de concatenar el corto con el mediano y el largo plazo. Ese enfoque en el análisis deriva en soluciones concretas para el momento, pero desligadas de los asuntos estructurales y sustanciales.
Si bien es cierta la posibilidad de un bajo crecimiento combinado con una alta inflación, también es cierto que este comportamiento conduce a la postre a situaciones de crisis si no se ataca el asunto por el lado de una política económica que prioriza el manejo monetario y conduce a inflar el crecimiento, sin mayor soporte en el mejoramiento de la economía real.


Por otra parte, la caída de los precios del petróleo con efectos devaluacionistas no es una posibilidad ni a corto, ni a largo plazo, pues el crecimiento especulativo de los precios del petróleo hace mucho tiempo pasó de un asunto coyuntural a convertirse en un problema estructural de la economía capitalista mundial; es por ello que su superación se dirige a involucrar el fondo alimentario de la humanidad; salida que va a potenciar los conflictos sociales, tal como se percibe ahora.


La desaceleración económica de Estados Unidos, sí tiene fuerte influencia sobre una economía crecientemente transnacionalizada, dependiente y en proceso de acople a los requerimientos del capitalismo global; capital que atraviesa por serias dificultades para mantener el actual modelo de acumulación y reducir sus impactos sobre economías emergentes como la colombiana. Así las cosas, el desempleo, que se viene haciendo notorio en los países desarrollados, se hará extensivo a estas periferias que son las más afectadas con la flexibilización y deslaboralización del trabajo; ello acompañado de la precariedad del ingreso.


El crecimiento de la pobreza es un hecho que negará los famosos logros del Gobierno en la leve reducción de la pobreza absoluta. La movilización social por la defensa del trabajo y el mejoramiento de los ingresos están al orden del día.

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