Por: Libardo Muñoz
Cartagena- Una profunda crisis humanitaria en salud pública, alimentación y vivienda se vive en el sur del Departamento de Bolívar, costa norte de Colombia.
Lejos de los centros del poder burocrático, aislados de la comunicación y sitiados por el hambre, los campesinos del sur de Bolívar son hoy la mejor demostración de la incapacidad de un Estado que tiene en la mentira su mejor instrumento.
El equipo técnico de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra produjo un documento dirigido a la comunidad internacional para llamae la atención sobre lo que sucede en esta zona de la costa caribe colombiana.
La ACVC afirma que la imposibilidad de una vida digna para la población campesina 'tiene en común el abandono total y la ausencia de una política clara de inversión social del Estado colombiano en la región'.
Las permanentes fumigaciones con glifosato afectan de manera evidente los cultivos de pan coger, y la fuentes de agua para el consumo humano y animal, son un grave factor de riesgo para la comunidad agraria del sur de Bolívar, como lo denunciaron una vez más en una marcha campesina que llegó hasta el parque central de Achí.
Las enfermedades más comunes en la región son las afecciones diarréicas, la anemia y el paludismo que se agregan a las deficiencias alimentarias.
La ACVC muestra estadísticas sobre la leismaniasis, alteraciones del embarazo, la hipertensión y otras afecciones que en el mundo científico están bajo control y pueden ser tratadas.
'También es importante la presencia de varios factores de riesgo para la salud de la comunidad del sur de Bolívar, reflejados en la falta total o parcial de los servicios básicos indispensables como es el caso de la ausencia de agua potable, de sistemas de alcantarillado, electricidad y de medios de comunicación, vías de acceso y medios para el transporte de la comunidad' dice la ACVC.
Ante la situación del sur de Bolívar y su crisis humanitaria se reafirma en una declaración que 'la salud es un derecho humano inalienable del hombre que se relaciona directamente con el goce de una vida digna, con el bienestar y la calidad de la vida'.
El campesinado de esta zona de la costa propone que la salud humana sea entendida como un valor esencial en una sociedad que tiende a convertirlo en mercancía, con la aprobación de los negociantes del poder del gran capital.
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Lejos de los centros del poder burocrático, aislados de la comunicación y sitiados por el hambre, los campesinos del sur de Bolívar son hoy la mejor demostración de la incapacidad de un Estado que tiene en la mentira su mejor instrumento.
El equipo técnico de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra produjo un documento dirigido a la comunidad internacional para llamae la atención sobre lo que sucede en esta zona de la costa caribe colombiana.
La ACVC afirma que la imposibilidad de una vida digna para la población campesina 'tiene en común el abandono total y la ausencia de una política clara de inversión social del Estado colombiano en la región'.
Las permanentes fumigaciones con glifosato afectan de manera evidente los cultivos de pan coger, y la fuentes de agua para el consumo humano y animal, son un grave factor de riesgo para la comunidad agraria del sur de Bolívar, como lo denunciaron una vez más en una marcha campesina que llegó hasta el parque central de Achí.
Las enfermedades más comunes en la región son las afecciones diarréicas, la anemia y el paludismo que se agregan a las deficiencias alimentarias.
La ACVC muestra estadísticas sobre la leismaniasis, alteraciones del embarazo, la hipertensión y otras afecciones que en el mundo científico están bajo control y pueden ser tratadas.
'También es importante la presencia de varios factores de riesgo para la salud de la comunidad del sur de Bolívar, reflejados en la falta total o parcial de los servicios básicos indispensables como es el caso de la ausencia de agua potable, de sistemas de alcantarillado, electricidad y de medios de comunicación, vías de acceso y medios para el transporte de la comunidad' dice la ACVC.
Ante la situación del sur de Bolívar y su crisis humanitaria se reafirma en una declaración que 'la salud es un derecho humano inalienable del hombre que se relaciona directamente con el goce de una vida digna, con el bienestar y la calidad de la vida'.
El campesinado de esta zona de la costa propone que la salud humana sea entendida como un valor esencial en una sociedad que tiende a convertirlo en mercancía, con la aprobación de los negociantes del poder del gran capital.
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