miércoles, 6 de agosto de 2008

MANUEL CEPEDA VARGAS: FLECHA EN EL BLANCO


Por Nelson Lombana Silva

El 9 de agosto de 1994, es decir, hace 14 años era asesinado el camarada Manuel Cepeda Vargas, el director del semanario VOZ La verdad del pueblo, el senador de la república y el responsable de la valiente columna periodística denominada: "Flecha en el blanco". Lo mató el régimen capitalista en el marco de los planes siniestros de la CIA y del pentágono y desarrollados a la perfección en Colombia por un amplio sector del militarismo retardatario, el paramilitarismo y el narcotráfico.

Era un comunista integral, valiente y consecuente con sus principios y la izquierda colombiana, un camarada que se preocupaba constantemente por hacer coincidir lo que decía con lo que hacía. Dijo la verdad al precio de su vida.

Era la operación exterminio contra el partido y el naciente movimiento Unión Patriótica, exterminio que continúa con la denominada "seguridad democrática" del narcoparapresidente, Álvaro Uribe Vélez y su combo igualmente mafioso.

Gaitán decía: "Más vale una bandera limpia y solitaria sobre una cumbre que cien banderas tendías sobre el lodo", pues bien, Manuel Cepeda Vargas era una bandera limpia y solitaria en el parlamento haciendo escuchar la voz del pueblo a través de la permanente denuncia con su voz clara, firme, serena y convincente. Voz que no registraba los medios adictos al régimen, pero sí el semanario VOZ La verdad del pueblo y por su intermedio el pueblo anónimo, el pueblo ignorado, el pueblo explotado.

El temperamento, su optimismo y su accionar permanente perduran en el tiempo y en el espacio; es una formidable fuerza, energía para las presentes y futuras generaciones revolucionarias, porque su ejemplo inmaculado brilla en el amplio firmamento.

No hay mejor forma de conocer al camarada Manuel que revisar sus intervenciones en el parlamento, pero sobre todo, leer despacio y con sumo detenimiento la columna "Flecha en el blanco" del semanario VOZ. Hay allí, en cada línea, en cada párrafo, un torrente desbocado de luz y esperanza para el pueblo colombiano.

"Se fueron ya tres años de Barco. Qué velocidad la del tiempo y qué ineptitud del gobierno!", escribió y agregó en esa oportunidad: "Afirma que lucha contra el narcotráfico. Pero la ventanilla siniestra del banco de la república no solo siguen entrando anualmente cuatro mil millones de dólares por economía subterránea, sino que en la matanza de los Altos del Portal la fuerza élite, a ordenes de la XIII brigada, eliminó a informantes del F2 y de la DEA por "sugerencia" del Mejicano".[1]

Dijo la verdad de frente y sin rodeos. Fustigó la monopolización de los medios de comunicación, su poder alienante y dominante: "Al comenzar este año (1989) caracol saltó de 88 a 131 emisoras al absorber a la cadena Sutatenza", dijo y añadió: "En la lucha de los carteles, el grupo radial colombiano, propiedad del cartel de Cali, fue colocado en propiedad de un extraño consorcio evangélico".

Esa misma actitud asumiría RCN como bien lo expresó en esta columna: "RCN compraría 12 emisoras de la cadena oro ( 4 en Barranquilla, dos en Cartagena, una en Santa Marta, una en Valledupar, una en Montería, una en Sincelejo, una en Bogotá y una en Medellín".[2]

De una forma sencilla y contundente, el camarada Manuel Cepeda Vargas, iba registrando el acontecer internacional, nacional e incluso, regional con maestría, coherencia y conciencia de clase.

Manuel Cepeda Vargas, vive en el recuerdo colectivo del pueblo que está en la obligación de vencer las cadenas de la opresión y construir su propio futuro, la sociedad socialista.

Manuel Cepeda Vargas, vive, ¡honor y gloria!


Ibagué, agosto 5 de 2008



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