viernes, 28 de marzo de 2008

POR REPRESIÓN MILITAR: CAMPESINOS PLANADUNOS DISPUESTOS A EMIGRAR

POR REPRESIÓN MILITAR: CAMPESINOS PLANADUNOS DISPUESTOS A EMIGRAR

Por: Nelson Lombana Silva

Los campesinos del municipio de Planadas, Tolima, perdieron su tranquilidad con la presencia militar, ¡Quien lo creyera! Todo ha cambiado pero para mal, según campesinos consultados por el semanario VOZ La Verdad del pueblo.

Wilson Rojas Pereira, por ejemplo, es un joven habitante de la vereda La Hacienda, corregimiento de Gaitania de este municipio. Tiene apenas 36 años de edad y lleva viviendo allí 35. Casado con María Elsy Ramírez Váquiro, es padre de cuatro hijos, uno de ellos, muerto.

¿Cómo ha cambiado el ambiente con la presencia militar en la zona?, le preguntamos. Contesta melancólico: "Ha cambiado para mal, porque ahora no tenemos la tranquilidad de antes. Sale uno al pueblo y no puede llevar la cantidad de remesita que antes llevábamos, apenas lo que pueda uno comprar con 50 o cien mil pesitos, porque si lleva más, es supuestamente, para la guerrilla".

"Hay algo más, dice, hace más de un año nos restringen el paso en carro de la vereda San Miguel a la Hacienda, media hora en carro, pero a pie más de tres, dizque por seguridad".

"Las bombas caen sin destinatario fijo. En la vereda Altozano una le cayó a un campesino en el patio de su casa, matándole unos terneros e hiriendo a una señora". Agrega: "Los niños viven traumatizados, el solo ver sobrevolar los aviones les causa horror, pánico, no saben dónde esconderse, lo mismo a las mujeres. Es que el estruendo de las bombas y los ametrallamientos son temerosos, sobre todo tan cerca de las viviendas. Eso parece la hora llegada", afirma pensativo.

Se habla de permanentes enfrentamientos con la guerrilla, ¿Qué hay de cierto? "Eso es mentira, en realidad los enfrentamientos con la guerrilla son muy pocos. Los militares hacen lo que quieren, pero con nosotros los campesinos. Prácticamente, es poca las veces que se enfrentan con ellos. Ellos se disculpan con nosotros. Según los militares, todos los de mi vereda somos guerrilleros y alcahuetes con ellos".

Pero, ¿tratan los militares de no inmiscuir a los campesinos en la guerra? "Todo lo contrario, dice, porque toman como trinchera las casas, los centros de salud, las escuelas. Uno les suplica que no entren a las casas, pero eso es perdido. Somos humillados permanentemente. A la señora Luz Dari Pedreros de esta vereda, la tropa se la tiene al rojo, dizque porque es auxiliadora de la insurgencia. Incluso,
a mí hace quince días me hicieron bajar del carro en San Miguel, en la finca de Cesáreo Díaz, y me tuvieron parado más de una hora, mandando el carro solo, con el cuento que yo era miliciano".

Las pocas pertenencias de los campesinos, ¿son respetadas por los uniformados? "Los animales se lo vienen comiendo y nadie responde. A mí, hasta el momento me han robado 17 reses, a don Darío Suárez, 22, más la matada de una mula y una yegua en una balacera, cerca de su casa. A Arnulfo, mi hermano, 15 reses. También a un señor Eliécer, Jorge Rueda, Martha Polanía, Camilo Enciso, Ignacio Yate, Arquímedes Avilez, Leonor de García, Fany Neira, Carlos Rueda, Pablo Tovar, presidente de la junta de acción comunal de la vereda San Miguel, etc, etc, etc".

¿Qué ha hecho los campesinos para tratar de detener el proceder así de los militares? "Yo fui a cobrarle los animales al coronel, pero me cansé porque siempre me decían en la guardia: que venga mañana, que está ocupado, que no está, que vuelva y que vuelva… finalmente, le dijo a otro campesino que fue a reclamar: cóbrele eso a la guerrilla".

Según relato de Wilson, los militares buscan por todos los medios inmiscuir a los campesinos en el conflicto. "Se ofrecen a llevarnos en helicóptero a la finca, dicen que nosotros hemos entregado campos minados y hacen correr la bola por toda la región. El queso se lo llevan, muchas veces sin pagarlo, pero también nos amenazan con los paramilitares".


Ante tanto atropello, ¿Qué han pensado hacer? "Hemos pensado en unirnos y salir afuera, en busca de apoyo y solidaridad. Aquí han venido derechos humanos, cruz roja, pero realmente es muy poco lo que han podido hacer, muchas veces ellos los atajan para que no se reúnan con los campesinos directamente afectados. El que retacaba duro por la defensa de nuestros derechos era el personero, Tito Acosta, pero vea donde se encuentra: en la cárcel sindicado dizque de auxiliador de la guerrilla. Por eso hay temor de hablar, por miedo a ser considerado auxiliador o guerrillero. Estamos temerosos los campesinos porque hay también mucho encapuchado y mucha tomadera de fotos", termina diciendo Wilson Rojas Pereira.

Ibagué, marzo 27 de 2008

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