CONSTANCIA
En mi condición de Senadora Ponente del Proyecto de Ley No. 214 de 2007 – Senado y 05 de 2007 – Cámara, “Por la cual se dictan medidas relativas a la protección social de las parejas del mismo sexo”, que tiene como propósito fundamental restaurar el “déficit de protección” que la Corte Constitucional en Sentencia C-075 de 2007, M.P. Dr. Rodrigo Escobar Gil, considera debe ser resuelto por el legislador en las mismas condiciones establecidas para las uniones maritales de hecho y para los compañeros permanentes, en lo atinente a sus derechos civiles patrimoniales, de afiliación al Régimen de Seguridad Social en Salud y del derecho a la Pensión de Sustitución o Sobrevivientes, me permito dejar constancia de las múltiples maniobras que se han urdido para que esta iniciativa legislativa se hunda por enésima vez en el Parlamento Colombiano, produciéndose una denegación de justicia en el reconocimiento de los derechos de las personas LGBT, a los que una vez más se discrimina por razón de su orientación sexual y su identidad de género, dando lugar a que esta Célula Legislativa, vergonzosamente y en el devenir del presente Siglo XXI, haga eco de odios homofóbicos y de fundamentalismos, que la conciencia de la humanidad ha venido condenando por las consecuencias que estos han acarreado para la vigencia de los Derechos Humanos sin distinciones de ninguna naturaleza.
Nuestro compromiso al haber asumido la ponencia de este proyecto de ley era contribuir justamente a la restauración de los derechos constitucionales que le han sido conculcados a las parejas homosexuales, como el respeto a su dignidad humana, a la igualdad de protección y trato, a la no discriminación, al mínimo vital, a la libre asociación, al libre desarrollo de la personalidad, al derecho a conformar un proyecto de vida en común que produzca efectos jurídico patrimoniales y el derecho fundamental a la salud y a la seguridad social, a la luz de los postulados constitucionales, los tratados internacionales y los fallos del Alto Tribunal Constitucional, que de manera impropia se busca desconocer.
Por el recorrido que han tenido en el Parlamento anteriores iniciativas de la misma naturaleza, especialmente lideradas por la Senadora Piedad Córdoba, tuvimos siempre la certeza de que asumir tal responsabilidad, implicaba no solo el riesgo de que el proyecto nuevamente se hundiera, sino también de que una vez más las fuerzas oscuras que se movilizan siempre para impedir que la democracia política y social avance en todos los campos de la vida del país, se atravesarían para urdir consejas, descalificaciones, insultos, amenazas o las expresiones de los más atávicas concepciones sobre una realidad que subyace en la sociedad colombiana, tal como ha sido recocida por altos jerarcas de la Iglesia Católica.
Como en muchas de las iniciativas legislativas que no tienen eco en la conciencia ética, jurídica y política del Parlamento Colombiano, especialmente en los últimos tiempos, gozamos de una “soledad acompañada” de tantas y tantos dolientes cuya voz y cuyos derechos son vapuleados por los tradicionales corifeos del oscurantismo y la antidemocracia.
Considero, igualmente, que la decisión votada en el día de hoy contra esta iniciativa, se constituye en un acto de omisión del deber constitucional que tenemos de legislar y en una forma de discriminación por prejuicios de odio hacia los “homosexuales”, lo cual resulta totalmente incoherente con la función constitucional que nos ha sido asignada y con la delegación de poder que nos ha sido otorgada por el Constituyente Primario a quien representamos en su más caros y sentidos intereses.
GLORIA INÉS RAMÍREZ RÍOS
Senadora de la República por el Polo Democrático Alternativo
Bogotá, D.C., Octubre 8 de 2008
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