Foto.UTL senadora Gloria Inés Ramírez
Amigas y amigos, compañeros todos:
En esta brillante ocasión nos hemos reunido, para rendir el condigno homenaje, a dos descollantes figuras del arte y la cultura nacional, para hacerles entrega del máximo galardón que el Parlamento Colombiano otorga a las personalidades u organizaciones que le hayan aportado invaluables servicios a la Nación.
Foto.UTL senadora Gloria Inés Ramírez
Su obra poética está contenida en los libros “CONTRAHISTORIA”, publicado en 1986; “BAJO OTROS SOLES” publicado en 198; “CANCIÓN EN LOS CAMPOS DE MARTE”, publicado en 1992, “LOS MOTIVOS DEL SALMÓN” publicado en 1998 y “LA CUESTIÓN RADIANTE”, obra editada en el 2006. En el presente año será editada una antología de sus poemas en Francia.
Foto.UTL senadora Gloria Inés Ramírez
Su meritoria obra le ha valido varias distinciones, de las cuales sobresalen LA ORDEN JUAN DEL CORRAL, en la Categoría Oro, concedida por el Concejo de Medellín y, en especial, EL PREMIO NOBEL ALTERNATIVO 2006, otorgado al Festival Internacional de Poesía de Medellín por la Fundación Right Livelihood Awar de Suecia, que es un reconocimiento al papel histórico de la poesía como exaltación de los más nobles ideales del ser humano.
Esta apretada síntesis de la labor cumplida por Patricia y Fernando, nos da una idea de su calidad excepcional como exponentes del arte y la cultura de nuestro país. Sin embargo, no abracan su totalidad como seres humanos y como integrantes de nuestra sociedad; para ello hay que mirar otros campos. Ellos no se han dedicado a la frivolidad ni a la mercantilización del arte y la cultura que con cierta frecuencia caracterizan a los artistas e intelectuales burgueses, ni le entonan alabanzas al régimen imperante. Son artistas de la entraña del pueblo que interpretan sus sentimientos, sus sueños y su sabiduría, que denuncian la opresión y la combaten, que crean y recrean las nuevas esperanzas por las que vale la pena trabajar y luchar y que han asumido desde siempre un compromiso militante con los cambios democráticos que necesita el país. Lo único que esperan a cambio es una sociedad justa en la que todos los hombres y mujeres podamos ejercer el derecho a la felicidad y a tener voz e historia propias.
Dieciocho años de desmanes de la política neoliberal contra los intereses nacionales y populares y seis de la malhadada “seguridad democrática”, nos dejan un país aún más sometido a los dictados del imperio gringo, más adolorido por la guerra, y una concentración afrentosa de la riqueza y los privilegios en manos de una minúsculo grupo de grandes capitalistas nacionales y extranjeros, al tiempo que se multiplican la pobreza y la miseria, escasamente paliadas por el asistencialismo clientelista del Uribe.
No obstante, el efecto más pernicioso de neoliberalismo ha consistido en arraigar las concepciones individualistas, en destruir la conciencia social y la solidaridad y en enajenar a amplios sectores de la población con las concepciones más retrógradas y obsecuentes al unanimismo y a la servidumbre moral y política. Por consiguiente, recuperar para las masas una conciencia crítica y abrirle espacio a las ideas renovadoras, se convierte en una de las tareas más urgentes, si queremos cambiarle a nuestro país el desastroso rumbo que le ha impuesto la impudicia de la ultraderecha empotrada en el poder.
En este campo, los artistas e intelectuales demócratas y revolucionarios pueden y deben jugar un papel preponderante, empleando su pensamiento y su imaginación creadora, no sólo como ejercicio de la libertad de expresión y de opinión, tan vilipendiada en nuestros días, sino como poderosa herramienta para contribuir a las transformaciones de la sociedad.
Hoy más que nunca, y ante la recurrente estigmatización que desde el Palacio de Nariño hace el discurso presidencial contra toda forma de oposición, necesitamos librar la más decidida batalla de las ideas contra el oscurantismo y el amedrantamiento del querer, el sentir y el decidir de la Nación y, en esa batalla, el arte y la cultura son armas imprescindibles.
Todos estamos persuadidos de que vivimos tiempos difíciles. El país atraviesa una profunda crisis política e institucional que es consecuencia directa de la descomposición del régimen. Primero la “parapolítica” y ahora la “yidispolítica” son demostraciones evidentes de que al gobierno de Uribe cada día le resulta más difícil esconder el cáncer que lo carcomen. En medio de esta debacle, su reacción no es la de reconocer la realidad y mucho menos, rectificar. Por el contrario, sus seguidores más recalcitrantes trabajan afanosamente en la reelección de Uribe y se pretende descalificar a la oposición encarnada en el Polo Democrático Alternativo, desatando una auténtica cacería de brujas y haciendo montajes como el de los supuestos documentos encontrados en los computadores de Raúl Reyes, con el malévolo propósito de minar nuestra autoridad moral e impedir que podamos presentarnos como alternativa real de poder popular.
Ante estas burdas y ofensivas maquinaciones, no vacilamos en reafirmar que seguiremos ejerciendo nuestro legítimo derecho a hacer oposición, que continuaremos trabajando por la salida negociada al conflicto interno que desangra al país y por el acuerdo humanitario, que no daremos pie atrás en nuestras demandas de que se conozca la verdad, se haga justicia y se repare a las víctimas de los crímenes del paramilitarismo y del Estado y que si por ello se nos criminaliza, estamos dispuestos a responder ante la justicia, con la seguridad y la certeza de que hemos sido leales a nuestro compromiso con el pueblo colombiano y que todos nuestros actos se han ceñido estrictamente a nuestra formación ética y a nuestras convicciones ideológicas y políticas.
Esta es también una batalla en la que de seguro contaremos con los artistas, los intelectuales y los académicos comprometidos con la causa del pueblo, honrosamente representados hoy en Patricia y Fernando.
Felicito calurosamente a los galardonados, le agradezco a la Mesa Directiva del Senado de la República la acogida que le dieron a mi propuesta de reconocerles su meritoria obra artística y cultural y los invito a todos y a todas ustedes, a no desmayar en la lucha, convencidos de que la justeza de nuestra lucha, de nuestros anhelos y objetivos nos conducirá a la victoria, no importa cuántos obstáculos debamos superar y a cuántas infamias debamos enfrentarnos, porque somos hijos e hijas de un PUEBLO, QUE CUANDO SE LEVANTA, PRODUCE CAMBIOS
Mil gracias a todas y todos ustedes por haber aceptado acompañarme en este encuentro para abrazar de manera especial a PATRICIA y a FERNANDO, pero también para renovar los indispensables abrazos que hoy necesitamos de ustedes para rodearnos de toda la fuerza de su presencia, de su solidaridad, de su amistad y de sus afectos.
GLORIA INES RAMÍREZ RÍOS
Senadora de la República
Bogotá, D.C. junio 12 de 2008
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